Así es como quiero que me mires toda la vida.
Nunca jamás me fue tan fácil despojarme de todo ante nadie, desnudar mi mente y dejar llenar el vacío.
Ojalá todos mis encuentros estuvieran marcados por la ternura de tu boquita abierta y tus ojos redondos. Mi rubor pidiendo que te des la vuelta y tú mirando de reojo.
El lenguaje compartido que expresamos sin hacer ningún ruido.
Es la escena que me gustaría marcar como portada de nuestra historia, pero no puede ser.